Pues hoy cierro la puerta, y
al contrario que tú, no me iré sin despedirme por miedo. Yo te miraré a
los ojos, te diré adiós alto y con fuerza, porque no temo borrarte, no
me asusta no volver a ver tu sombra en las esquinas de las calles que cruzo de
noche. Al igual que no me importa si un día nos reencontramos, porque si así
fuese, sería darle valor a un insulso silencio en mi vida.
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