jueves, 21 de abril de 2011

Si quieres quererme, voy a dejarme querer. Si quieres odiarme, no me tengas piedad. Pero hay una cosa que no vas a lograr, y es hacer negocio con la necesidad.


Quizás ése era el error. Que las relaciones no se miden en tantos por ciento, ni en grados. No se reprochan las cosas, sino que se fija uno en los detalles, da igual lo simples que sean, son detalles y con ello basta. Que no se muestra indiferencia, hay que involucrarse. Y que los días que no vengan perfectos, ni risueños, se aceptan, sin buscarle tres pies al gato.
Las cosas son como son, y están de un modo u otro en virtud de cómo actúe uno con ellas, queda en tu mano elegir qué hacer...

Tantas veces estuvimos juntos estando lejos.. Y sin embargo, ese día estábamos cerca y más separados que nunca.


Ojala se te acabe la mirada constante, la palabra precisa, la sonrisa perfecta, ojala pase algo que te borre de pronto. Una luz cegadora, un disparo de nieve, ojala por lo menos que me lleve la muerte, para no verte tanto, para no verte siempre, en todos los segundos, en todas las visiones. Ojala que no pueda tocarte ni en canciones.